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La artroscopía permite a los cirujanos diagnosticar y/o tratar muchos problemas articulares con un método quirúrgico mínimamente invasivo. En este procedimiento una cámera diminuta que se llama un artroscopio se inserta en la articulación a través de una pequeña incisión. El video del artroscopio se proyecta en una pantalla y el cirujano puede observar en detalle cada parte de la articulación. Al mismo tiempo se inserta otros instrumentos quirúrgicos miniaturizados para realizar el objetivo según el diagnóstico y reparar la articulación a través de otras incisiones.
Cuando se indique un procedimiento artroscópico tiene ventajas sobre una cirugía abierta. Gracias a las incisiones más pequeñas, hay menos interrupción en las estructuras que las rodean y se reduce el dolor posoperatorio y el tiempo de recuperación. Adémas, estas operaciones a menudo puede ser realizadas en forma ambulatoria.
Se puede recomendar la artroscopia del hombro para aliviar los síntomas de problemas dolorosos del hombro que se han desarrollados como resultado de una lesión, uso excesivo, o alteraciones degenerativas relacionadas con la edad. Algunos de los procedimientos artroscópicos del hombro más comunes tratan :
Otras condiciones del hombro pueden ser también tratadas con la artroscopia del hombro, pero algunos trastornos todavía requieren un procedimiento quirúrgico abierto.
La recuperación posoperatoria de la artroscopia del hombro depende del tipo de procedimiento. Aunque la recuperación de la artroscopia del hombro es más rápida que la de la cirugía abierta, aún puede tomar varias semanas para recuperarse. Para fomentar una recuperación más suave, es importante cumplir con las recomendaciones del cirujano cuando se retoma las actividades diarias y se hace la rehabilitación física prescrita.